Después de la marcha de Andrómeda y Asteroide, y viendo cómo
están las cosas (cuidando a su nieta como si fuera su propia hija) Oliver toma
por una vez el control de la situación y se encara a su hijo mayor: “Saturno,
debes centrarte. No puedes seguir así, ahora eres padre y tienes una enorme
responsabilidad ¿quieres que tu hija crezca viéndote como un vago, un
incompetente y un irresponsable? Búscate un trabajo y encarrila tu vida,
YA."
Pero él es egoísta, se siente cómodo viviendo de esta forma
y como sabe que sus padres cuidarán de su hija, prefiere dedicarse por completo
a sí mismo.
Además de su rubia y fea novia "más o menos formal”,
Saturno zascandilea también con otras mujeres.
Además de la asistenta (que cuando trabaja parece un angelito y
cuando sale con Saturno se desmelena) se va viendo a escondidas de la novia...
y con otras tres incautas más. Por supuesto, ellas desconocen
que existen otras mujeres en la vida de su amorcito.
Mientras su padre hace el idiota, Casiopea V-57
Tanga-Leopardo, ha pasado de ser un bebé adorable a ser una niña sabionda.
Es Genio, Distraída (como los genios) y Gruñona (como muchos
genios).
Es una niña seria y lista... así que de entrada parece una
digna heredera. No obstante después de la experiencia con su padre yo ya no me
fío. Antes de dar saltos de alegría, veremos cómo se desarrolla su vida adulta.
Por supuesto, para empezar hemos tenido que construirle una
habitación.
Dijimos que seguiríamos de cerca los avances de
Andrómeda.... pues bien, ella ya tiene dos hijos: una niña (Elisea, igualita que su padre) y un niño
(Nassib, igualito que su madre).
Casiopea mantiene una buena relación con sus primos,
especialmente con Elisea. Son dos niñas de edades parecidas y se llevan bien.
Pero volvamos a Saturno. En el último capítulo decíamos que algo iba a ocurrirle.
Cierto día, esperando a la asistenta (Asunción) en la plaza
del pueblo, una mujer egipcia se acercó a Saturno para preguntarle por una
dirección.
Él no sólo se la dio, sino que olvidándose por completo de
Asunción, la acompañó hasta su destino parloteando sin parar.

El problema era que la egicia (Dalida Barakat) no iba a
quedarse mucho tiempo en Sunset Valley, estaba haciendo un intercambio de tres
meses y tenía previsto volver a Egipto en cuanto se terminara el plazo.
No obstante, hasta que eso ocurriera ellos aprovechaban el
momento al máximo.
Saturno nunca había conocido a nadie como Dalida. Una mujer
fuerte, inteligente, divertida, sensata... era simplemente perfecta.
Le sorprendía que esa mujer perfecta le hubiera escogido
precisamente a él -que era un desastre- y eso le hacía sentir mejor persona.
Nunca había experimentado algo así con ninguna de sus novias.
Dalida se fue haciendo un hueco en los dos meses que pasó
con la Familia V-57. Por ejemplo, ahora era ella quien arreglaba los
electrodomésticos que se estropeaban en la casa y quien cocinaba casi siempre
(unos platos deliciosos cargados de especias).
También había desarrollado una relación fantástica con
Casiopea. Jugaban, discutían de sus cosas, mantenían largas conversaciones...
La niña se sinceraba más con Dalida que con su propio padre.
Pero bueh, en pocos días tendría que marcharse.... y esa
certeza atormentaba tanto a Saturno, que ya no podía dormir por las noches.
Saturno no podía trasladarse a Egipto, tenía una hija y familia
en Sunset Vallet.... así que intentó convencerla para que se quedara con ellos.
La negativa fue rotunda: "No. Yo también tengo
obligaciones en Egipto. Y viendo la clase de vida que has llevado hasta ahora,
probablemente muchas más que tu".
Insistir sólo sirvió para enfadar más a Dalida. Iba a
marcharse y nada lo impediría.
Cuando ella por fin regresó a Egipto, Saturno se volvió
taciturno.
Se esforzó en olvidarla haciendo lo que siempre había hecho:
practicar deporte y artes marciales.... pero esos hobbies ya no le satisfacían
como antes.
El día tenía demasiadas horas y él las pasaba todas pensando
en Dalida, así que decidió buscar un trabajo para distraerse: necesitaba
encontrar algo sencillo, pues nunca había dado palo al agua y no tenía
ninguna experiencia.
Se presentó en la tienda de comestibles y le dieron un
empleo a tiempo parcial como dependiente de las verduras.
No tenía mucho ánimo... pero tocaba crecer. Pasó a la fase
adulta en el lavabo.
Después de un largo día en la frutería, estaba demasiado cansado
para celebraciones.
Venus se daba cuenta de que algo le estaba pasando a su
hijo. Se comportaba de forma menos impulsiva, ya no salía por las noches, tenía
un trabajo, cuidaba de Casiopea.... Como extraterrestre lista que era, sabía
que quien había propiciado este cambio de actitud era Dalida. Temió que sin
ella su hijo volviera a las andadas.
"Saturno, hijo.... ¿a qué esperas
para viajar a Egipto y traerla de vuelta?"
Así que fue a buscarla.
Sólo había un problema: sin dirección y en una ciudad tan
grande, Dalida podía estar en cualquier parte.
Cansado y deprimido pero esperanzado, Saturno preguntó en
cada vivienda, hasta que alguien le señaló la humilde casa donde vivía la
familia Barakat.
Ellos le indicaron dónde trabajaba Dalida: junto al Puente
de la Esfinge.
Después de tantos días sin ella y tanto sufrimiento, apenas
podía creer que la hubiera encontrado.
A Dalida le impresionó la tenacidad de Saturno. Nunca
hubiera esperado algo así de él (por mucho que lo quisiera, sabía que era un
vago) así que decidió darle una oportunidad, trasladándose durante una
"temporada indefinida" a Sunset Valley.
"Hola, Venus La Extraterrestre. Tenía ganas de
llevarte conmigo, me gustaría que me contaras cosas sobre tu
planeta...."
"Con mucho gusto. ¿Tenéis café en el
Más Allá?"
"Por supuesto! y galletitas...."
En casa no se lo toman con tanta alegría.
Especialmente Casiopea lo está pasando muy mal: es una niña
muy sensible y adoraba a su abuela.
Oliver tampoco está bien. Venus era su inspiración, la única
persona que no le juzgaba ni le consideraba "el bobo de la familia".

Una familia que intenta seguir con su vida con un integrante
verde menos.
Y bueno... Dalida y Saturno se dedican también (cómo no!) a
seguir con el Malévolo plan de Venus para expandir el gen extraterrestre.
"Hola! ¿Qué estáis
haciendo?"
Con tanto Plan Malévolo y tanta expansión de gen, Dalida un
día se despierta y ZAS!
Y bien, lo de siempre. Caras de dolor, aspavientos, mujeres
embarazadas conduciendo de forma temeraria, hospitales, partos.....
Final feliz, después de tanto melodrama (a pesar de la cara
de cansancio de la pobre Dalida). Os dejo con Orión... otro posible heredero,
ya que no ha podido nacer más verde.
En el próximo capítulo.... ¿Seguirá portándose bien
Saturno? ¿Se marchará Dalida definitivamente a Egipto? ¿Quién será el futuro
heredero: Orión o Casiopea?
Me encanta...recuerdo lo mucho que me molestaba Saturno en ésta fase. Ay mi Venus preciosa ¿teneís café? y el ¡Hola que hacen! de Casio... me encanta re leer este legacy.
ResponderEliminarBien por Dalila. Parece que ha conseguido hacer reaccionar a Satu. A ver si a partir de ahora comienza a ser un venusiano responsable, que su familia lo necesita despues de quedar huerfanos tras la muerte de Venus.
ResponderEliminarPobree Venus...¡pero qué digo! ¡Si ahora tiene galletas y café gratis! Xd
ResponderEliminarQuiero ver al peque crecido... ¡continúa pronto!
Gracias por los comentarios!
ResponderEliminarIntento subir una actualización por día.... pero muchos días no tengo tiempo (y reconozco que tampoco me ocupa demasiado rato, la verdad :P)
Ya estoy trabajando en la número 22, para que los que ya conocéis la historia no tengáis que esperar cuando haya subido todo lo demás.
Estoy en ello! =)